shot

entonces, tomé una pistola, y temblando, le disparé
me miró y suspiró como quien mira a un niño pequeño que hace alguna tontería. perdía ya la paciencia. no me iré, me dijo. obstinado.
las balas caían al suelo, y él sangraba y yo lo miraba nada más, atónita, asustada

alejate de mí. él sólo sonreía, y daba pasos, acercándose.
siento algo en la garganta que no puedo describir, son como dos mil gritos atravesados, como dos millones de palabras pugnando por salir al mismo tiempo.
él sigue caminando hacia mí, y yo no dejo de temblar...

(el despertador sonó)

1 comentario: