scene

y me siento como tantas veces me he sentido antes, con esas ganas de llorar tan profundas que podrían ahogar a la humanidad entera. te beso. me besas. no quiero abrir los ojos, no quiero porque sé lo que sigue a continuación. mis ojos húmedos y la sensación de perderte. intento sonreir, y de pronto ya no estoy más respirando el mismo aire que tú. ésta opresión del pecho es peor cada vez. retrocedes un paso, dos, me miras. quisiera ir y abrazarte, y suplicarte que te quedes, pero en cambio me quedo ahí, sonriéndote mientras pones más y más espacio entre nosotros. te volteas y hago lo mismo, pero luego giro para seguir viendo tu cabeza entre la gente. te alejas. todo está bien, pienso. de pronto el resto ha dejado de tener tanta importancia. la gente que me mira e interroga mis lágrimas no existe para mí, y tú caminas. sólo caminas.

catherina

he susurrado al espacio
cada noche, desde mayo

mis ansias por verte

que yo creo firmemente
en la dictadura de tus opiniones
en el sólido gobierno
de tus caderas y tus pestañas

sencillamente
porque te he visto ser
azul como las margaritas más efervescentes

porque has sido para mí
colibrí que augura mala suerte
una mirada desviada
un suspiro atrapado en una risa

en una risa fingida

XXIII

tu dices que me esperas
y yo te digo, dulzura

que las horas tienen
dos lugares claros en este mundo oscuro
que tus besos vienen
a nublar mi mente

artefactos inexactos
para oír (en) mi corazón

y asi escuchas
primaveras violeta encima de los edificios
niños pequeños que lloran
y como fondo musical
mi amor por ti

XXII

me llamo despedida
atardezco exponencialmente
y soy débil defensora de tus horas
las avenidas cuentan historias
a aquellos
desventurados
que, como yo
deambulan a altas horas del amor
a los que, como yo
nos han robado las ilusiones y el pan
nos han robado las camelias
a esos que como a mí
la locura les habla
en sueños
sueños que se tienen con los ojos abiertos