XXII

me llamo despedida
atardezco exponencialmente
y soy débil defensora de tus horas
las avenidas cuentan historias
a aquellos
desventurados
que, como yo
deambulan a altas horas del amor
a los que, como yo
nos han robado las ilusiones y el pan
nos han robado las camelias
a esos que como a mí
la locura les habla
en sueños
sueños que se tienen con los ojos abiertos

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