no sé si se haya preguntado por mis miradas y mi media sonrisa. sólo se que esos ojos grandes soñadores, esos lentecitos con pedrería de fantasía y esas pestañas - de las que estoy segura, no han recibido todavía lágrimas de amores - eran, todos juntos, encantadores. sólo sé que el verla, tan ensimismada, como enamorada, perdida en sus pensamientos cuando miraba por la ventana; fue un descubrimiento que se hace sólo los días de las tardes calurosas. tan bonita, con esa felicidad tan simple y tan sincera de la primera década de la vida.
la envidié.
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