joannes

soñé contigo como antes
como antes y como ahora, porque resulta que tenías una playera rojo sangre, porque casualmente eras tú quien me buscaba (mi madre tenía razón, pensé) y porque tu aliento, tan familiar, de pronto, se me antojaba motivo para huir.
soñé contigo como antes, y caigo en cuenta de cuántos meses han pasado sin pensarte. de cuántas noches y tardes sin extrañar tus besos, tu olor, tus ojos café, tus lunares esos que me sé de memoria, tus palabras exasperantes, tus silencios, tus culpas, tus ausencias, tus excusas, tus miradas. sin extrañar esas tardes de pasarla recostada oyendo un latido rítmico en tu pecho, conversando de nuestras divergencias, dándonos besos interminables en las azoteas, encima de los árboles, detrás de las cortinas. soñé contigo como ahora porque aún en mi sueño, huía nuevamente de tus besos, disculpaba mis ausencias, explicaba mis vuelos de avión con razones insostenibles.
soñé contigo y me sorprende. la carencia de recuerdos, que las lágrimas se han ido de paseo junto con tus rosas rojas. me sorprende que nuestros (tus, mis) tulipanes me hayan hecho sonreir. sorprende recordar madrugadas de hospital para no pensarte. haber olvidado novecientos cuarenta y tres días en dos lunas.

2 comentarios:

  1. Recuerdos... Pedacitos de Vida, que sin querer salen de su escondite para transportarnos al día siguiente en un mundo que gira al revés.

    ResponderBorrar
  2. A veces los recuerdos se van como vinieron mágicamente, dejan eso sí un rasguño en el corazón y su polvo en nuestros sueños, ese subconsciente metiche que nos hace soñar lo que no queremos dormidos de vez en cuando y el lóbulo temporal que nos hace soñar despiertos y tener los recuerdos de colores más vívidos y detalles más desgarrantes de tanta nitidez.

    ResponderBorrar