y quizá recordarás

hoy la luna me sonríe por la mañana y así descubro lugares explícitos donde encuentro pequeñas caravanas que me cantan a voces los pensamientos que olvidas por la tarde. me buscas con las palabras encrispadas, me ofreces treguas, me esperas, te alejo, sonrío, y tus palabras, hoy más que nunca me acarician el ego: así, como cuando los días eran amarillos y yo recibía tus besos intrigada. las devoluciones persisten. hoy me miras, de lejos: yo creo que por el temor de volver a enredarte en mi perfume, ya no me miras a los ojos porque ellos te dicen cosas que no entiendes, ya no me cuentas de tus días porque tus días son noches azules, que están llenos de flores solitarias.
que extrañas mis sonrisas, dices, que en tu cabeza hay tres exposiciones en galerías de arte, que me esperan. pero la historia sigue, y te pido con palabras y en lenguaje de señas que te alejes, que me esperes y te vayas, que comprendas y así, sincera y visceralmente, me detestes. por lo que soy, por esas cosas que no soy, por mis razones siempre lejanas, acéptalo, va a ser siempre así.

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